lunes, 20 de enero de 2014

EL NAMIENTO DEL MELODRAMA EN EEUU

El melodrama es un género que es fácil de definir hasta la década de 1960. Antes del sonoro el melodrama como género ni siquiera se planteaba. Los espectadores concebían que existían géneros que emocionaban más o menos, y estos estaban claramente divididos por sexos. Existían el género del western y el de gángsteres dirigido a los hombres y dramas familiares o  drama gótico, heredero de los movimientos literarios de finales del siglo XIX como el romanticismo, enfocado hacia un público femenino.

Los elementos melodramáticos estaban pues diseminados a lo largo de numerosos géneros. A este hecho hay que sumarle además que el concepto de melodrama, que sí que existía, tenía connotaciones peyorativas y era tildado de anticuado. En la década de los veinte es usado por los críticos no tanto para definir el género sino más bien para evocar algo del pasado, caduco.

Por lo tanto éste término puede adecuarse a todos los géneros excepto al de la comedia, y aun así  algunas películas cómicas, pensando en Buster Keaton o Chaplin, contienen secuencias claramente melodramáticas. Este hecho se da por la evolución del cine burlesco basado en la rápida sucesión de diferentes gags, pero al alargarse el tiempo de duración de las películas el burlesco tuvo dificultad para adaptarse a esta nueva situación. Es por eso que el cine burlesco se apoyó en el melodrama y su estructura. 
Por lo tanto podemos decir que un gran porcentaje del cine norteamericano es melodramático sin encasillarlo en ése género.

Pese a la dificultad que entraña establecer el melodrama como género en la época del cine mudo, hay películas que siempre tuvieron como objetivo mostrar historias que conmoviesen al público. Este hecho se refleja en la adaptación de numerosas novelas de finales del siglo XIX, o clásicos de la literatura popular. Por ejemplo en el período de 1903 a 1927, encontramos siete versiones de la Cabaña del tío Tom, así como numerosas obras de drama moral que tratan temas como la pena de muerte, el asesinato, el trabajo infantil o la religión. En ésta época el melodrama comienza a perfilarse como un género.

A sintetizar esta idea contribuyeron dos subgéneros, las love stories y drama familiar. Las primeras se centraban en historias de amor pero daban pie al drama evocado en diferencias de clase. El drama familiar tiene elementos que perduraran con el melodrama, dramas producidos por incidentes laborales, enfermedad, guerras, una serie de elementos fuera del control de los protagonistas que sufren sus consecuencias, pero siendo la familia el eje de la narración.

El drama familiar dará lugar a la siguiente etapa de este subgénero, el melodrama maternal, derivado de la novela sentimental y el melodrama teatral. Los temas tratados varían desde la mujer rechazada por la sociedad, los hijos ilegítimos o el amor en silencio.

Este desarrollo sentará las bases del melodrama que se desarrollará en la década de los cincuenta y se definirá definitivamente a mediados de los sesenta.

Alfonso Bouza García

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