viernes, 17 de enero de 2014

EL CINE EUROPEO HASTA LA GRAN GUERRA, LA HEGEMONÍA FRANCESA: LOS LUMIÈRE, MÉLIÈS, Y PATHÉ

La historia del cine tiene su comienzo con la película Salida de los obreros de la fábrica Lyon Mont-Plaisir, que fue realizada por los hermanos Lumière y mostrada al público en el “Salón Indien” de París el 28 de diciembre de 1895, junto con otros diez cortos, entre los que se pueden destacar Llegada de un tren a la estación de la Ciotat, El almuerzo del bebé y El regador regado, siendo este último el primer filme de argumento, así como también el inicio del género cómico.
 
De manera general, puede afirmarse que las películas de los hermanos Lumière tienden a representar la realidad lo más verídicamente posible, teniendo por lo tanto sus películas un marcado carácter testimonial y documental. Siguiendo esta característica, se intentaba que los espectadores se llegasen a identificar con el punto de vista de la cámara, consiguiendo con ello crear una sensación de desbordamiento de las figuras del plano en el que se circunscriben; y para conseguir este efecto novedoso se trabajaba el eje perpendicular de la pantalla con una notable profundidad de campo y, mediante el movimiento de los personajes, se organizaban los diversos planos que formarían la futura escala fílmica, partiendo del lejano plano general hasta llegar al más cercano de los personajes.
 
Destaca en gran medida la labor de difusión que realizaron los operadores de los Lumière  por todo el planeta, y de manera especial en escenas de género, noticiarios y reportajes de viaje; siendo uno de los más famosos el travelling en exteriores rodado por Promio, en la primavera del año de 1896, subido a una góndola que se movía por una canal de la ciudad de Venecia. También se implicaron en reconstrucciones dramáticas de episodios históricos, como Robespierre, Marat, El duque de Guisa e, incluso, una Pasión de Cristo.
 
Pero, transcurrido el efecto que causaba la novedad, el público empezaba a estar cansado y aburrido de aquellas repetitivas fotografías animadas que apenas alcanzaban el minuto de duración. A esto vino a unirse la Guerra de Patentes impulsada por Edison en EEUU, que dificultaba los rodajes y exhibiciones, y el incendio producido en el Bazar de la Caridad de París, que fue ocasionado por la lámpara de un proyector que llegó a abrasar a doscientos espectadores de alta clase. Estas circunstancias produjeron en 1897 una crisis del cinematógrafo en ambos lados del Atlántico, de la que difícilmente se recuperaría (llegando a producir el abandono de las grandes ciudades por parte de los representantes de las exhibiciones cinematográficas, que tuvieron que establecerse en las barracas de feria para llevar la novedad del cinematógrafo a las pequeñas localidades), y que estuvo a punto de acabar con él a los dos años escasos de su existencia. Desde 1898 los Lumière abandonaron casi por completo la producción fílmica, y se centraron en la venta de aparatos y de sus películas rodadas anteriormente.
 
El otro gran personaje de ésta época es Georges Méliès (1861-1938), que era un ilusionista y el director del Teatro Houdin. Méliès aplicó en la máquina de cine sus trucos de magia y hábitos teatrales sin variar el punto de vista de la cámara. Destacó por la representación en sus obras de temas de ficción o fantásticos. Sin duda alguna, el gran mérito que se le debe de reconocer es el gran impulso que dio al cine (salvándolo además de la grave situación de crisis por la que pasaba) en su papel narrativo y de espectáculo, para lo cual hizo un buen uso de su mentalidad teatral como ilusionista, y siendo a la vez, él mismo, el guionista, director, actor, escenógrafo, productor y distribuidor de su película.
 
Se pueden observar dos momentos o estilos en su labor como cineasta: en un principio, sus películas rodadas en 1896 no innovan con respecto a la tendencia anterior, sino que continúa la de los Lumière; más tarde, a partir de 1897 (cuando construye unos estudios en su finca de Montreuil, próxima a París), va a incluir y llevar a cabo sus propios trucos, como el escamoteado o sustitución de una persona u objeto por otra. Méliès va a recurrir a determinados métodos y trucos (como por ejemplo la toma a través de un acuario para dar la impresión de vistas submarinas) para utilizarlos como técnicas de ilusionismo, siendo su principal aportación el trasvase de los recursos teatrales (como las tramoyas, escenografías, vestuario, etc.) al cine. Pero, entre sus limitaciones cabe destacar el hecho de que mantuvo la cámara inmóvil (sin alterar su punto de vista, ni en el interior de una escena ni entre una y otra toma), la no utilización del montaje para mostrar distintos puntos de vista, sino haciendo uso de él para cambiar de cuadro (como en el teatro), y el movimiento de los objetos, en lugar de la cámara, para trabajar a lo largo del eje longitudinal de la pantalla.
 
La obra principal de este personaje es Viaje a la Luna, realizada en 1902, que tuvo un enorme éxito comercial y artístico, y que hizo mundialmente famoso a Méliès.
 
Méliès pasó de la producción artesanal de sus obras a la introducción de planteamientos industriales para incrementar su producción en 1906, manteniendo una infraestructura de distribución de alcance internacional, pero descuidando la calidad y fantasía que le caracterizaban, lo que produjo su caída frente a su rival Pathé, que acabó asociándose con él y produjo algunas obras maestras, como La conquista del Polo (1912). Pero, finalmente, frente al gran avance de otros grandes actores y directores de cine como Max Linder, y Griffith, Méliès acabó declinando, ya que desde 1902 a 1912 su proceso evolutivo en la forma de trabajar se había quedado estancado, llegando incluso a parecer una antigualla.
 
La última figura importante de este período es Charles Pathé, que junto a su hermano Emile fundaron la compañía Pathé Frères, que desde el año 1897 exportó el logotipo del gallo por toda Europa y gran parte del planeta. Dejaron al cargo de sus estudios construidos en Vincennes a Ferdinand Zecca, que al igual que Méliès procedía del mundo de las variedades, pero, diferenciándose de él, tenía un gran conocimiento de los hallazgos de la Escuela de Brighton (como el principio del montaje por corte, que permitía unir varios planos cortos a un plano general para representar mayor número de matices en una escena), pero que también se apartaba de ella al comprender que había que abandonar la idea del hombre-orquesta para llevar a cabo una división del trabajo (en otras palabras, se debía de abandonar el artesanado para emprender la producción en masa).
 
Zecca entendió que debido al abandono de las salas cinematográficas por parte de la burguesía, debía desarrollar formatos más acordes con las clases populares, por lo que copió todo lo que había triunfado anteriormente y ensayó nuevas fórmulas para tratar de atraer el mayor número de espectadores posible, como comedias galantes, escenas fantásticas, persecuciones cómicas, etc. Aunque no destacaba por su refinamiento, fue al grano, consiguiendo alcanzar gran efectividad en las llamadas por él “escenas dramáticas realistas”, consistentes en representar los crímenes del Museo de Cera Grévin (inaugurado en 1889), o adecuando algunos de los pasajes más “fuertes” de L’assomoir de Zola sobre las víctimas del alcohol. Pathè llego a alcanzar un gran éxito con la Pasión (1902-1905), en la que participan un enorme número de figurantes.
 
Pathé se convirtió en la mayor empresa cinematográfica del mundo entre 1903 y 1909, siendo Vincennes la más importante proveedora de todas las barracas cinematográficas del planeta. Se experimentó un enorme crecimiento de los beneficios, por lo que se abrieron sucursales en las ciudades más importantes del planeta, como Londres, Nueva York, Berlín, Moscú, Singapur…, iniciándose con algunas de ellas las respectivas industrias fílmicas en Australia, Japón, Brasil y la India. Este gran éxito en la expansión “horizontal” (el enorme número de ventas de las producciones) impulsó que Charles Pathé emprendiera la expansión “vertical” (llegando a controlar desde la fabricación de la película virgen y los aparatos hasta las salas en las que se mostraban las obras producidas), creándose un monopolio nunca antes igualado en otros países).
 
Desde 1907 Pathé dejó de vender sus películas, concediendo su explotación exclusivamente a cinco compañías ligadas a sus intereses, por lo que comenzaba a dedicarse a lo que serían sus tres campos principales: la producción (como una industria), la distribución por alquiler (considerada como comercio al por mayor), y la exhibición (que sería el comercio al por menor, a través de la cual se ponía en contacto directamente con el público). Pero, en 1907 se fueron produciendo cambios, como el hecho de que las barracas de feria se fueran sustituyendo por locales estables con un público más exigente, y la diferenciación de los géneros (declive de lo fantástico, refinamiento de lo cómico, expansión de lo sentimental y dramático hasta llegar a configurar un cine-novela más ambicioso de forma progresiva (que será desarrollado de manera notable por daneses y americanos), y la evolución natural de Pathé, producida por su éxito en la nueva versión de la Pasión, que la llevaría hacia el Film d’Art (pudiendo ser éste definido como “Actores famosos en obras famosas”, acabándose con el anonimato de los actores del cine primitivo, y pasando al sistema de las grandes estrellas de cine). Léon Gaumont y la sociedad Eclair se convertirán en los dos principales rivales de Pathé.
 
Durante esta etapa, el cine francés tenía tal potencial que en 1910 aproximadamente un 60% y 70% de las películas en el mundo occidental procedían de Francia. Sin embargo, después de esta superioridad francesa, el cine italiano experimentará un rápido ascenso, teniendo un rotundo éxito, pero luego, en poco tiempo, su decadencia fue igual de rápida, concluyéndose con la entrada de Italia en lo que sería la Primera Guerra Mundial.
 
Pasada la Gran Guerra, se producirá la hegemonía de Hollywood, que llegará a imponerse sobre la devastada Europa, y ésta, caerá bajo la influencia americana, salvándose de ella excepcionalmente algún país (Alemania y la URSS).

David Pardo Mañas

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