EL CINE DE AVENTURAS EN
EEUU
Existe una tradición de
novelas de aventuras en la literatura occidental, derivada de las novelas
picarescas y de caballería. Muchas novelas de grandes autores del siglo XIX
como Ivanhoe de Walter Scott, Los tres mosqueteros y el Conde de Montecristo de Dumas, La
vuelta al mundo en ochenta días, Miguel
Strogoff de Julio Verne, La isla
del tesoro de Robert Louis
Stevenson, o El hombre que pudo reinar de
Rudyard
Kipling, fueron llevadas al cine.
Son sólo unos pocos
ejemplos de adaptaciones de novelas de aventuras, pero el cine de aventuras no
son sólo las adaptaciones de las novelas de aventuras, es un género muy
permeable que recoge un sinfín de películas muy heterogéneas. Al cine de
aventuras se pueden adscribir películas de corte fantástico, westerns, de capa
y espada, de piratas, historias de mar y muchas más.
Pero en la década de
los1910 muchos de éstos géneros aún no habían nacido, en ésta época el cine de
aventuras da sus primeros pasos bajo la forma de seriales, series de episodios
cortos en los que el personaje experimenta multitud de situaciones. Es el caso
de The perils of Pauline, serial de
veinte capítulos de 1914 en la que la protagonista es una detective. Los
primeros capítulos solían servir de gancho comercial, en los seriales primaba
el misterio y los escenarios con trampas, puertas ocultas y malvados
enmascarados.
Pese a todo, el género
de aventuras de ésta época es contemporáneo sin desarrollar la vertiente
histórica, hasta que Allan Dwan y Fred
Niblo sientan las bases del género en 1920 con La marca del Zorro, a la que seguirán Los tres mosqueteros (1921) y Robin
de los bosques (1922). A través de la adaptación de las novelas abrieron la puerta a un nuevo interés del público por
filmes que se desarrollen en determinados períodos históricos.
Es así como se
desarrollan los temas que reconocemos en el cine de aventuras como cine
histórico con Joan the Woman de 1917,
The fighting blade de 1923 o Don Juan de 1926. No faltaran las
películas de venganzas con las cinco versiones que tuvo desde 1909 a 1922. Ni
tampoco personajes bíblicos como Cleopatra
1917 o Los diez Mandamientos de
1923 o Ben Hur de 1927.
Por último se recoge la
tradición del XIX de mostrar las bondades del colonialismo, con películas como Las cuatro plumas 1915, o del
imperialismo ruso Miguel Strogoff con cuatro versiones desde 1908 hasta 1926.
Alfonso Bouza García
No hay comentarios:
Publicar un comentario